Rassegna storica del Risorgimento

Italia. Brescia. Repubblica di Venezia. Secoli XVIII-XIX
anno <1999>   pagina <331>
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Espana j la Kepùblica Romana 331
lugar de Italia. Los puntos fijados en las instrucciones exan los siguientes: que el objeto de las conferencias debia consistir ùnicamente en el restable-cimiento de la autoridad del Papa; que no tocaba a la conferencia discutir sobre el régimen interior que hubiese de establecerse en los Estados ponti-ficios, pues esto era privativo del Papa y debia dejàrsele en completa Iiber-tad; que la independencia del Papado exigia que cualquier intervención fuese precedida de una demanda de Su Santidad y del acuerdo de las potencias católicas; que ninguna potencia, ni tan siquiera las italianas, podia actuar sin mediar el consenso de los paises católicos; que la aportación espaiiola podria fijarse en 8.000 hombres; que seria interesante determinar una indernnìzación para sufragar los gastos de las tropas intervinientes; que las potencias católicas deberian declarar la intangibilidad de los Estados Ponti-ficios corno garantia de la independencia del Papa; que el Gobierno espafiol era partidario de una declaración de neutralidad perpetua de los Estados Pontificios; que el Papa tuviese representación en la conferencia; por ùlti­mo, que las potencias no católicas podrian enviar representantes, siempre que se adhiriesen a los principios que inspiraban su reunión.23)
En la segunda mitad de febrero, las conversaciones entre el Emba-jador espafiol y el Secretarlo de Estado vaticano permiten observar còrno se va perniando la idea de una intervención armada restringida solo a las cuatro naciones católicas, solicitud que se plasma en la Carta del cardenal Pro-secretario de 18 de febrero.24) Dicho documento consista en un me-morial de agravios en el que se narraban todos los excesos cometidos por los demócratas y que, en sus pàrrafos finales, fijaba el objetivo de la ayuda solicitada: restablecer el orden en los Estados de la Iglesia y restituir al Soberano Pontifice el libre ejercicio de su autoridad suprema.
Mientras tanto, Francia seguia presentando nuevas alternativas dilato-rias que, en opinion de los diplomaticos espanoles, tendian a abortar cual­quier intento de intervención en Italia.
El 23 de febrero se enviaban nuevas instrucciones a Martinez de la Rosa con el fin de encarar la representación de Espana en la conferencia que debia reunirse en Gaeta.25) Los puntos esenciaies de la misma erari: res tablecimiento de la autoridad del Papa, excluyéndose cualquier otta propuesta politica; no se debe tratar la cuestión del régimen politico que
23Mpp. 61 -62,
**) El tcxto de la carta, co AMAE, Leg. 2659 y hi, pp, 89-95; y los prolegómcnos co pp. 85-89.
25) K FERNANDEZ DB CORDOVA, La rtvoludón de Roma cit, pp. 99-104.